Desde temprano, los históricos almacenes de las familias Capellino y Eclesia, anfitriones en esta ocasión y de manera simultánea, vieron poco a poco entre luces y música la llegada de lugareños y turistas, que en algunos casos tuvieron la oportunidad de descubrir esta nueva modalidad sin más techo que un cielo estrellado.

Esta primera edición nocturna contó con gastronomía típica, donde las brasas y el fuego fueron protagonistas, mientras en un almacén se servía carne con cuero en el otro se asaban costillares a la estaca. Tampoco faltó la degustación de las típicas tablas de picadas, choripanes o las clásicas empanadas criollas.

Sobre los escenarios naturales actuaron músicos de la zona tales como Mi Sueño Chamamé, Dueños del Amanecer, Leandro Alvarez, Luis Zarate y las Guitarras Diamantinas y el Ballet Haciendo Patria, incluso hubo tiempo para que desde el público se sumara Rubén Giménez quien con su aporte también le dio el complemento ideal a esta fiesta.

“Huellas de Costa Grande” es la punta de lanza del turismo rural en la zona contando además de sus almacenes con establecimientos rurales, apícolas, granjas educativas y museo, conformando un producto que evoluciona a grandes pasos y que conforma parte de la oferta del departamento Diamante