La Secretaría de Turismo y Cultura Municipal dio continuidad a la actividad de formación de trabajadores y profesionales del sector para lo que será el nuevo producto: Tierra Chaná.

Esta vez, el guardaparque Matías Almeida fue quien llevó adelante el Módulo VI de la Capacitación de Guías. El tema fue “Introducción a la biodiversidad de la región: bases para su interpretación y cuidado”. En el salón del Campo Martín Fierro, frente a los aspirantes desarrolló una amplia exposición, sobre temas variados. 

Habló sobre la formación de las islas, el clima de la zona, precipitaciones anuales, temperaturas y características de la Eco Región, señalando que Tierra Chaná, se caracteriza por ser selva de barranca. Nombró las eco regiones y dijo que “Diamante cuenta con Espinal, La Pampa y Delta e islas del rio Paraná”.

Con respecto a la vegetación, nombro especies, arboles del bosque, de la sabana o cerro de arena, de los arbustales y de las comunidades herbáceas. Indicó que en el mundo, “hay 90 por ciento de especies reconocidas y solo un 10, que todavía no están descriptas por la ciencia”. En tanto a la fauna, mencionó la cantidad de especies, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos que hay en el Parque.

Instó a “tomar conciencia y capitalizar” lo que es el cuidado de la naturaleza, haciendo hincapié en el ecosistema. Hizo referencia al concepto de biodiversidad, explicó qué era un área protegida, mencionando al Parque Nacional Pre Delta e Islas de Santa Fe y trató los Sitios Ramsar, describiendo lo que significaban y la importancia de la protección de los humedales.

Para la parte final, repasó brevemente la historia de la región, haciendo alusión a los grupos indígenas, los Guaraníes, Chaná-Timbúes, Minuanes y Charrúas.

Los futuros Guías de Tierra Chaná completaron la parte práctica del Módulo VI de la capacitación con Julián Alonso, con quien emprendieron el recorrido desde los terrenos del predio termal rumbo al Camino de Los Puentes y de Las Alturas. El objetivo era “reconocer la flora y fauna del lugar y conectar con la naturaleza”.

En cuanto a la flora, se brindó conocimiento de especies con sus respectivos nombres, propiedades y región a la que pertenecían. Se pudo observar mandioca brava, curupí, palo lanza, ombú, ñandubay, de más de 100 años, guayabo, tramontana, palo tinta, sombra de toro, yuquerí  o garabato, abriboca, espinillos, tala vira hu, chañar, garabato negro y especímenes centenarios de algarrobo negro y quebracho blanco.

En el camino, se encontraron frente a un espacio donde antes existía un bosque de algarrobo y hoy predominaban las plantas exóticas, como las moras y las higuerillas, con lo cual Alonso, señaló que “eso conlleva a la pérdida de la biodiversidad y por tal motivo no se debe interferir en el curso normal de la naturaleza”.

En tanto que la fauna, permitió divisar lechuza de pradera, carpintero enano,  tacuarita azul y reconocer por los silbidos a pepiteros verdosos, benteveos rayados, zorzal blanco y colorado, carpintero real y gavilán mixto. Además sobre un árbol se pudo reconocer las huellas de un gato montés.