Los moteros canadienses comenzaron la audaz travesía el primer día del año desde Alaska y llegaron a Diamante entusiasmados por vivir una experiencia inolvidable. En el camino nada los detuvo; mediante un iPod aprendieron a hablar palabras en español  y con esta herramienta lograron comunicarse con personas de los diferentes países de habla hispana que visitaron.

Steven es electricista y Valerie es jubilada administrativa. Él realizó todo el recorrido en su BMW, mientras que ella, en tanto que ella recorrió varios kilómetros en avión y se encontraban en distintos puntos de la geografía americana.

Juntos llegaron a Diamante y se mostraron maravillados con el trato de la gente y los paisajes que enmarcan la fiesta motera. Su estadía en la ciudad diamantina será breve pero intensa. El mediodía del sábado los encontró haciendo amigos y disfrutando de un asado criollo con otros amantes del viaje, que aunque no compartan su idioma natal, saben que para entenderse, solo necesitan compartir una misma pasión, “el amor por las dos ruedas”.